martes, 14 de junio de 2016


PERIODISMO DIGITAL EN VENEZUELA
PRÓLOGO DR. RAMÓN SALAVERRíA
 UNIVERSIDAD DE NAVARRA
.

10 años de periodismo digital en Venezuela 1996-2006


Introducción. Rojano, Miladys
Prólogo. Dr. Salaverría, Ramón

Primera Parte: una década en Bits

1- Electrones periodísticos entre dos siglos. Núñez Noda, Fernando.

2- Medios enredados: 10 años de periodismo digital en Venezuela. Peñaloza, Pedro Pablo.


Segunda parte: balance de una práctica profesional

1- Nuevos perfiles y competencias en el periodismo digital. Aguirre, Jesús María.

2- El Periodista digital: de lo convencional a lo polivalente. Saba, Samira.


Tercera parte: la metamorfosis de los medios

1- Impactos de la W W W en el medio periodístico. Tortello, Miguel Ángel.

2- Medios digitales: viajes en hipertexto. Méndez, Iván.

3- Estructura editorial de los cibermedios de Venezuela. Cely, Adriana.


Cuarta parte: nuevos medios

1- Periodismo y blogs en Venezuela: ciudadanos con voz y voto. Martínez, Zinnia.

2- El blog, lugar común del sujeto comunicante en Internet. Tablante, Leopoldo.


Quinta parte: Formación, reflexión e investigación sobre una década

Formación universitaria en periodismo digital

1- Formación universitaria en Periodismo digital: Caso Universidad de Los Ándes. (ULA). Henríquez, Patricia.

2- Los periodistas digitales todavía no nacen: se hacen. Caso del estado Zulia. Neüman, Isabel.

3- Evolución de la enseñanza del periodismo digital: Caso Escuela de Comunicación Social de la UCAB. Burgos García, Osvaldo.


Aportes de la investigación al periodismo digital


1- Investigación y periodismo digital en la UCAB. De Oteyza, Caroline.

2- El periodista y la documentación digital: nuevo espacio para la investigación. Calderín, Mabel y Rojano, Miladys.

3- Congreso Internacional de Periodismo digital: encuentros entre profesionales y académicos. Noriega, Patricia.


Sexta parte: experiencias en la red

1- Periodismo digital y emergencia: Caso Unión Radio. Suárez, Gitanjalí.

2- La web de la UCAB: del empeño de los informáticos a la vitrina institucional. Blanco, Luis Ernesto.


PERIODISMO DIGITAL EN VENEZUELA
PRÓLOGO DR. RAMÓN SALAVERRíA
 UNIVERSIDAD DE NAVARRA
.    En los últimos años hemos tenido el privilegio de asistir a un fenómeno
excepcional: el nacimiento de un nuevo medio de comunicación.

   A poco que lo piense, se dará cuenta de cuán importante e inusual ha sido este
acontecimiento. Y es que la historia del periodismo muestra que han de pasar varias
décadas, cuando no siglos enteros, para que aparezca un nuevo medio; los diarios
nacieron a principios del siglo XVIII; los primeros experimentos de emisiones
radiofónicas datan de finales del XIX; la televisión, nació en el primer tercio del XX.
   
   Nosotros hemos tenido la suerte de ver germinar ante nuestros ojos un nuevo medio y
modo de comunicación social de la mano de Internet. Y, apenas una década después de
que ese fenómeno se desencadenara, cada vez parece más claro que este nuevo medio
está llamado a convertirse en hegemónico, en este siglo XXI recién estrenado.

   Por eso, analizar la primera década del periodismo digital en un país es una
labor, además de necesaria, apasionante. Lo digo por experiencia. No hace mucho
tiempo, algunos profesores españoles colaboramos en un proyecto de investigación
sobre la primera década de la prensa digital en España, cuyo principal resultado fue un
libro similar a éste, que tuve el privilegio de coordinar. Satisface comprobar que el
camino investigador que desbrozamos en ese trabajo ha abierto brecha y, a no mucho
tardar, surgen estudios monográficos similares en diversos países iberoamericanos. El
libro que tenemos entre manos supone el primer gran esfuerzo en esa línea en los países
de América Latina. Y a buen seguro que no será el último.

   De la mano de este trabajo, y de los que vengan más adelante, será interesante
analizar cuáles son las notas comunes y las particularidades del periodismo digital —o
ciberperiodismo, como preferimos denominar algunos autores a esta nueva disciplina—
en los distintos países de habla hispana. No en vano, el desarrollo de los medios de
comunicación y, sobre todo, la penetración de Internet en los países hispanohablantes
resulta muy desigual. De hecho, una de las notas características del desarrollo de la
prensa digital en esta primera década ha sido su estrecha relación con el contexto
socioeconómico de cada país y, muy especialmente, con el nivel de desarrollo de la
sociedad de la información. La llamada brecha digital ha lastrado el desarrollo de los
medios digitales en determinados países, de modo que en nuestros días hay países
iberoamericanos con un notable desarrollo en sus medios de Internet, mientras que otros
apenas comienzan a dar sus primeros pasos. No obstante, al igual que ocurrió en su día
con la telefonía y con los medios audiovisuales, parece claro que, más tarde o más
temprano, todos los países están abocados a experimentar un imparable proceso de
expansión de los medios digitales. Este libro ofrece una buena prueba de ello: el caso de
Venezuela, descrito con detalle en estas páginas, evidencia que los cibermedios han
llegado para quedarse y crecer.

   De hecho, el desarrollo del ciberperiodismo se refleja en múltiples ámbitos.
Podríamos calificarlos incluso como "áreas de impacto"; es decir, esferas del
periodismo en las que el advenimiento de Internet ha comenzado a producir mudanzas
profesionales de gran calado. 

   Esas áreas de impacto bien podrían resumirse en seis: tecnología, medios,
contenidos, profesionales, empresas y audiencias. Veámoslas una por una:

1) Tecnología. Las innovaciones instrumentales propiciadas por el salto del
periodismo al ciberespacio han comenzado a configurar un nuevo paradigma de
emisión-recepción ubicuo y multiplataforma. En este nuevo contexto, la información se
difunde y se recibe en cualquier momento y en cualquier lugar. Ahora bien, es preciso
reconocer que, tras la primera década de prensa digital, esas barreras espacio-temporales
todavía no se han roto del todo. En el mundo siguen existiendo muchas zonas de sombra
en las que la conectividad a la red es imposible o muy costosa —por ejemplo, sólo
mediante teléfonos por satélite—. Sin embargo, la multiplicación en muchas ciudades
de las áreas wi-fi, en las que cualquier usuario con un dispositivo de conexión
inalámbrica puede conectarse a la red, invita a pensar que en los próximos años veremos
una rápida aproximación hacia ese paradigma de conectividad ubicua y permanente,
análoga a la que hoy día existe, por ejemplo, con los teléfonos celulares convencionales.

2) Medios. La posibilidad de emplear el ciberespacio como nuevo ámbito para la
comunicación social ha propiciado, sobre todo en la Web, la aparición de nuevos
medios de comunicación digitales, también llamados cibermedios. En honor a la verdad,
el nacimiento de los primeros medios difundidos mediante redes digitales fue anterior a
la popularización de la web; ya en los años 1980 hubo medios que aprovecharon las
rudimentarias redes digitales de aquella época para difundir sus informaciones a unas
audiencias por entonces muy minoritarias. Sin embargo, el verdadero salto cualitativo
llegó con la popularización de la web a comienzos de los años 1990, un fenómeno que
propició la multiplicación de las publicaciones web desde mediados de esa década al
compás de un crecimiento exponencial de los usuarios de la red. La segunda área de
impacto ha sido, por tanto, la de los propios medios de comunicación.
Los estudios académicos sobre medios digitales de estos años han tenido como
principal objetivo caracterizar los rasgos distintivos de esos nuevos medios. Así, esas
investigaciones de carácter taxonómico han prestado especial atención a las tendencias
de evolución de los cibermedios, desde sus inicios más básicos hasta sus niveles
actuales de desarrollo. Esos estudios también han investigado sobre el impacto de los
cibermedios en los medios precedentes. Fruto de esa evolución, ahora toca investigar
sobre la tipología de medios derivada del proceso de convergencia tecnológica, así
como el nacimiento en la red de nuevas modalidades paraperiodísticas como los
weblogs y otras formas sociales de periodismo. Este libro es clara muestra de ese
estadio investigador, pues conjuga una mirada detenida al pasado reciente con la
indagación prudente sobre el futuro inmediato.

3) Contenidos. La aparición de un nuevo medio, como no podía ser de otro modo,
ha acarreado el nacimiento de un nuevo lenguaje periodístico, que apenas ha comenzado
a dar sus primeros balbuceos. Y es que la historia nos enseña que siempre que ha
surgido un medio, más tarde o más temprano, se ha creado también una forma propia de
expresión. Ocurrió con la prensa, con la radio y con la televisión. Los primeros datos de
esta pasada década nos confirman que este proceso se repite una vez más con los
cibermedios y, si acaso, a mayor velocidad que en sus antecesores. Los ingredientes
esenciales de este nuevo lenguaje periodístico ya han sido bien identificados y descritos:
hipertextualidad, interactividad y multimedialidad. Ahora sólo resta desarrollar géneros 
y formatos periodísticos que permitan aprovechar a fondo esos elementos, un objetivo
que, por el momento, los cibermedios están lejos de haber conseguido en plenitud.

4) Profesionales. Si el advenimiento del ciberperiodismo ha modificado las
tecnologías de trabajo, los medios de difusión y el propio lenguaje empleado por los
medios, es obvio que todos esos cambios estaban llamados a repercutir también en
quienes ejercen la profesión de informar. Tal y como se explica detalladamente en este
libro, así ha ocurrido, en efecto: el perfil de los periodistas está cambiando. Y no sólo el
de aquellos que trabajan para los cibermedios, sino el de todos los periodistas sin
excepción.

   Hace diez años, la mayoría de los periodistas concebía las computadoras como
simples máquinas avanzadas de escribir y maquetar. Tan sólo una década después, y
gracias a Internet, esas mismas máquinas han multiplicado espectacularmente su
utilidad y se han convertido en herramientas imprescindibles para la comunicación
interpersonal, la documentación y la investigación. En la actualidad, ningún medio de
comunicación puede prescindir ya de la red para su quehacer diario. Si hoy súbitamente
Internet se desconectara, es muy probable que mañana usted no encontrara en el kiosco
el diario que acostumbra a leer. La red se ha convertido no sólo en plataforma de
difusión para nuevos medios, sino en herramienta clave para todos los periodistas. Y lo
ha hecho modificando perfiles profesionales asentados durante muchos años.

   Por ejemplo, muchos de los límites entre periodistas y documentalistas se han
borrado. Hoy día, los periodistas usan con toda naturalidad los buscadores y bases de
datos de Internet para obtener por sí mismos informaciones y contenidos multimedia
que, hace unos años, tan sólo podrían haber obtenido con la ayuda de expertos
documentalistas. Pero no acaban ahí los cambios. Incluso los propios perfiles de los
periodistas se están solapando entre sí. Frente a la situación anterior en la que existía
una clara distinción entre redactores, locutores, diseñadores o cámaras, asistimos en la
actualidad a una rápida hibridación de perfiles profesionales. Gracias a la polivalencia
de la tecnología digital y, todo hay que decirlo, al ansia indisimulada de las empresas de
comunicación por reducir costes sacrificando puestos de trabajo, en la actualidad
emerge un nuevo perfil profesional, eufemísticamente bautizado como "periodista
multimedia". Este nuevo periodista combina el dominio de destrezas diversas con el
desempeño en distintos medios. Por una parte, realiza con frecuencia tareas de
documentación, redacción, diseño, locución y hasta de realización audiovisual; por otra
parte, a menudo difunde sus informaciones por múltiples medios: prensa, radio,
televisión y, por supuesto, Internet. Se trata, por tanto, de un periodista no sólo
multimedia sino, además, multiplataforma. Está por verse cuáles serán los efectos a
largo plazo de esta espiral que está conduciendo a que cada vez menos periodistas
acaparen más tareas.

5) Empresas. Las compañías de medios de comunicación han recibido en los últimos
años un impacto inesperado: la emergencia en su seno de un nuevo medio que ha venido
a sumarse a (y a competir con) la prensa, la radio y la televisión. A principios de los
años 1990 pocos imaginaban que algo así pudiera ocurrir y, desde luego, en absoluto
con semejante fuerza. La aparición de los medios digitales fue inesperada y, en muchos
casos, menospreciada desde las empresas de comunicación. La situación actual de esas
empresas de comunicación evidencia sin embargo el gran calado de los cambios que
están teniendo lugar. Hoy día los editores de medios reconocen ya sin tapujos la 
importancia que tiene Internet en sus estrategias empresariales e, incluso, expresan
dudas cada vez más fundadas sobre la hegemonía futura de los medios clásicos frente al
creciente empuje de los nuevos medios. El modelo de negocio de los diarios de pago,
por ejemplo, se ve seriamente amenazado en todo el mundo por la pujanza de la prensa
gratuita y por las publicaciones de Internet. También la radio y la televisión comienzan
a experimentar la nueva competencia de Internet en los contenidos audiovisuales, una
competencia que se adivina mucho más reñida en la próxima década. Ante esta
situación, se impone la necesidad de adoptar medidas estratégicas que estimulen la
complementariedad entre medios. Frente al menosprecio y desconfianza con la que, en
muchos casos, han tratado las empresas de comunicación a los cibermedios, urge un
cambio de estrategia que otorgue mayor relevancia editorial y empresarial a las
publicaciones de Internet.

6) Audiencias. Internet ha propiciado un cambio revolucionario en las audiencias de
los medios: les ha otorgado la palabra. Frente a la relación marcadamente asimétrica que
la prensa, la radio y la televisión han mantenido con sus públicos durante décadas, los
nuevos medios digitales abren paso a un nuevo paradigma de comunicación social
donde el receptor se convierte también en potencial emisor. Esto supone una quiebra
radical de las reglas de juego que han presidido el periodismo desde su nacimiento
como profesión. Hasta la llegada de Internet, la lógica del periodismo era muy simple:
el medio hablaba y el público escuchaba. Ahora, en cambio, todo es mucho más
complejo: si bien se mantienen en esencia las reglas de juego del modelo anterior, lo
novedoso es que el público también toma la palabra, y el medio, además de difundir
información, también se ve obligado a escuchar. Además, las formas de expresión de los
usuarios de la red son cada vez más variadas y ricas. Desde los foros, encuestas y
charlas, hasta los pujantes weblogs y todas las nuevas herramientas de construcción
colectiva del conocimiento que se engloban en eso que se ha dado en llamar la Web 2.0.
Los seis puntos que acabamos de mencionar permiten concluir una idea: la llegada
de Internet ha venido a mover muchos de los cimientos del periodismo que hemos
conocido durante el siglo XX. Si bien la esencia del periodismo permanece inmutable,
muchos de los ámbitos de la profesión periodística se han visto afectados por la red en
mayor o menor medida. Por eso es tan oportuno y necesario un libro como éste, donde
se hace balance de los primeros años del ciberperiodismo en Venezuela. Sobre todo si
ese balance se realiza desde un enfoque tan multidisciplinar como el de esta obra. El
lector encontrará una variada y ordenada reflexión sobre todos los aspectos que
acabamos de reseñar sucintamente, gracias a la labor de casi una veintena de
especialistas venezolanos en la materia.

   Desde esa mirada colectiva, tan propia de la red por otra parte, el lector encontrará
una aproximación documentada a un proceso que acaba de desencadenarse y, si bien ya
ha producido algunos efectos perturbadores, acarreará sin duda consecuencias más
profundas en los próximos años. Es mucho el camino recorrido ya, pero queda
muchísimo más por recorrer. Además de mostrar los muchos avances obtenidos por los
medios digitales de un país, un estudio como éste sirve, sobre todo, para detectar las
numerosas metas que aún quedan por alcanzar. En este sentido, este libro tiene la virtud
no sólo de hablar del pasado reciente, sino de apuntar ámbitos en los que probablemente
seguirán produciéndose nuevos cambios en los próximos años. 

   Al contrario de ciertos augurios apocalípticos, todo indica que esos cambios no
conducirán a la desaparición de los medios tradicionales. No parece que esto llegue a
ocurrir; no al menos hasta dentro de muchos años. Si algo nos enseña la historia del
periodismo es que los medios que nacen en un momento dado tienden a acomodarse en
el ecosistema informativo existente y a convivir con los medios que ya lo habitan. Sin
embargo, los nuevos medios rara vez acaban con los antiguos. La revista no mató al
libro. El periódico no mató a la revista. La radio no mató al periódico, ni la televisión
mató a la radio. ¿Por qué vamos a suponer que ahora el advenimiento de los
cibermedios vaya a matar a todos los medios que le precedieron?

   Ahora bien, afirmar que los cibermedios no van a acabar con los medios anteriores
no implica que carezcan de influencia en su desarrollo. Apenas una década después del
nacimiento de los cibermedios, es cada vez más evidente que esos nuevos medios han
consolidado una nueva forma de periodismo, al tiempo que han comenzado a
reconfigurar no sólo a los medios anteriores, sino a la profesión en su totalidad. 
El periodismo está cambiando. Mucho. Lea este libro y lo comprobará. 

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