Entrega
del garrote tamunangue a cargo de Eduardo Sanoja jugador de palo combatiente y compañero
de lucha de Argimiro Gabaldón, a los ciudadanos Robexa Poleo y Oliver Guzmán jóvenes
de la patria, como entrega del espíritu y legado combatiente quien expreso
Expresa
el espíritu del juego de garrote “El juego de palo, tiene una música secreta
que solo la pueden oír aquellos a quienes el juego se les ha metido en la
sangre. Por eso cuando vea a dos hombres jugando como es, echándose recio y al
cuerpo, quédese calladito, como si estuviera en una iglesia. Esos hombres, están
como transportados a otro mundo. Cada vez que los garrotes chocan, cuando
zumban cortando el aire, cuando soplan la carne tan de cerquita, que da grima;
en fin, cuando una llega a imaginar, si será que los palos tienen vida y se
mueven solos, como si en vez de ser dos hombres jugando palo, fueran dos palos
jugando hombres; o como si esos hombres respiraran por los garrotes, son momentos
sagrados”.
“Todo
eso hace, que el garrotero, sienta por dentro un canto mágico, que es cómo una
mezcla antiquísima de gritos de guerra, ondear de banderas, rechinar de
cadenas, silencio de muertos. es un grito que surge de lo más puro de la sangre,
conquistas, colonias, esclavitudes, libertades, dictaduras, cárceles,
guerrillas, muertes, sobrevivir, sobrevivir”.
“Es
una reminiscencia ancestral, de las violencias que han forjado la patria y eso
es sagrado”
“Uno
de estos garrotes se los doy con el compromiso, de que se informen con Unearte
y otras instituciones. El juego ha producido artesanos de los tejidos y otros
en el tallado y en los pirograbados. Estos artesanos han hecho del garrote un renglón
comercial y un modo de vida. Este otro garrote, es para que se lo entreguen a Nicolás”
expresó.